Empiezo esta reflexión sobre cómo vivir duelo en Navidad con la expresión de la escritora Irene Vallejo en un artículo reciente: “Las Navidades pueden ser feroces además de felices”.
Muchos dolientes desean que llegue pronto el 7 de enero ya que sufren mucho en Navidad. La causa está en el choque entre los excesos con los que se celebran estas fiestas y su interior, que está resquebrajado, dolorido, vacío…
Tres posturas para afrontar el duelo durante la Navidad
Alba Payás, experta en duelo, dice que se pueden adoptar tres posturas cuando estamos en duelo y nos arrolla la Navidad: podemos marcharnos fuera de nuestro lugar habitual de celebración, pero debemos tener en cuenta que el dolor va a ir con nosotros allá donde vayamos. Otra opción es hacer como si no pasara nada y esconder el dolor, pero entonces vamos a obligarnos a sufrir en soledad y en silencio. Pero también podemos aceptar la realidad de la pérdida parar intentar construir una nueva Navidad. ¿Es posible?
Sí, si nos entrenamos durante la vida ordinaria en darnos permiso para estar mal… y también para estar bien. Entonces cuando lleguen las temidas celebraciones extraordinarias nos vamos a sentir menos incómodos.
La importancia del diálogo con la familia
Podemos hablar con antelación con los miembros de nuestra familia (por lo menos con los que más confianza tengamos) sobre lo que nos gustaría hacer, lo que no, y si vemos conveniente incluir algo nuevo para tener presentes este año a los que tanto añoramos. Hay quien convoca una reunión familiar para poder escuchar la voz de todos…
Y podemos ¿o debemos? recuperar el auténtico sentido de lo que celebramos, porque así podremos comprobar que la esperanza es la virtud del que lucha.
Como acompañantes lo mejor que podemos hacer es ejercer la virtud de escuchar sinceramente, sin prisas y sin juzgar.
Y una vez que hayamos curado nuestro dolor personal, podemos intentar que nuestra sociedad sea mejor…también en Navidad.
Ana Cuevas, psicóloga especialista en duelo.